Instalaciones explicadas
En el ámbito de las instalaciones eléctricas, la información técnica suele quedar relegada a esquemas, memorias o normativas que no siempre son accesibles para el cliente o el promotor. Sin embargo, entender cómo funciona una instalación, qué sistemas se emplean y por qué se toman ciertas decisiones técnicas es clave para valorar correctamente un proyecto.
Esta sección reúne contenidos que abordan de forma clara y rigurosa los aspectos más relevantes de nuestro trabajo: desde la automatización con sistemas KNX hasta el cableado, la eficiencia energética, la integración de baterías en instalaciones solares o el diseño de cuadros eléctricos. Cada entrada está pensada para aportar contexto, resolver dudas frecuentes y mostrar cómo se aplican los criterios técnicos en situaciones reales.
La tecnología KNX es el estándar internacional para la automatización de viviendas y edificios inteligentes. Se trata de un sistema abierto, robusto y escalable que permite integrar y controlar múltiples funciones técnicas desde una única plataforma: iluminación, climatización, persianas, seguridad, energía, audio, entre otros.
KNX proviene de la evolución de tres sistemas anteriores (EIB, BatiBUS y EHS) y se consolidó como protocolo único en 1999. Está normalizado bajo la norma EN 50090 y ISO/IEC 14543, lo que garantiza su interoperabilidad entre fabricantes y su validez a nivel mundial.
A nivel técnico, el sistema funciona mediante un bus de comunicación que conecta sensores, actuadores y controladores. Cada dispositivo tiene su propia lógica y puede interactuar con otros sin necesidad de un servidor central. La programación se realiza con el software ETS, que permite configurar escenas, horarios, condiciones lógicas, y adaptar el comportamiento de la instalación a las necesidades del usuario.
¿Para qué sirve? En una vivienda, por ejemplo, puedes hacer que las luces se enciendan automáticamente al detectar presencia, que las persianas se bajen si la temperatura exterior supera cierto umbral, o que el sistema de climatización se active solo en las zonas ocupadas. En hoteles, oficinas o edificios comerciales, se pueden gestionar consumos, optimizar el confort y reducir costes energéticos de forma significativa.
Las ventajas son claras: ahorro energético, comodidad, seguridad, escalabilidad y control total. Además, al ser un sistema descentralizado, si un dispositivo falla, el resto sigue funcionando. Y al ser abierto, no dependes de un único proveedor para ampliar o mantener la instalación.
En resumen, KNX es una apuesta segura para cualquier proyecto que busque eficiencia, integración técnica y futuro. Ya sea en una vivienda de alto standing, un hotel, una nave industrial o una oficina, este tipo de instalación permite llevar el control técnico a otro nivel.
Cada vez más viviendas, oficinas y negocios apuestan por la energía solar como fuente principal de abastecimiento. Pero para que una instalación fotovoltaica sea realmente eficiente y autónoma, es fundamental incorporar un sistema de almacenamiento: las baterías. ¿Por qué? Porque el sol no siempre brilla cuando más lo necesitamos, y ahí es donde entra en juego la capacidad de guardar la energía producida para usarla más tarde.
Una instalación fotovoltaica básica genera electricidad durante las horas de sol, pero si no se consume en ese momento, se pierde o se vierte a la red. Con baterías, ese excedente se almacena y puede utilizarse por la noche, en días nublados o durante picos de consumo. Esto permite maximizar el autoconsumo, reducir la dependencia de la red eléctrica y aumentar el ahorro energético.
Existen varios tipos de baterías para instalaciones solares: las de plomo ácido (más económicas pero menos eficientes), las de litio (más compactas, duraderas y con mejor rendimiento), y otras tecnologías emergentes como las de flujo o sales fundidas. La elección depende del tipo de instalación, el perfil de consumo y el presupuesto del cliente.
En viviendas unifamiliares, por ejemplo, una batería bien dimensionada permite cubrir gran parte del consumo nocturno, alimentar electrodomésticos, climatización o incluso cargar un vehículo eléctrico. En oficinas o negocios, las baterías ayudan a estabilizar la demanda, evitar cortes y reducir costes en horarios de tarifa alta.
Además, el sistema puede monitorizarse en tiempo real mediante apps o pantallas táctiles, lo que permite visualizar la producción solar, el estado de carga de las baterías y el consumo de cada zona. Esto no solo mejora la eficiencia, sino que también permite detectar anomalías y ajustar hábitos de uso.Texto de muestra. Haz click para seleccionar el elemento de Texto.
En cualquier instalación eléctrica, el tipo de cableado utilizado es clave para garantizar la seguridad, la funcionalidad y el cumplimiento normativo. Tanto los colores como las letras que identifican los cables tienen un significado técnico que conviene conocer, especialmente en proyectos de vivienda, terciario o industrial.
Colores del cableado eléctrico
La normativa española establece una codificación por colores para identificar la función de cada conductor. Esta clasificación permite evitar errores en la instalación y facilita el mantenimiento posterior.
- El conductor de fase, que transporta la corriente activa, suele identificarse con colores negro, marrón o gris.
- El conductor neutro, que sirve de retorno de corriente, debe ser de color azul claro.
- El conductor de protección o toma de tierra se identifica con el color verde y amarillo en franjas.
En instalaciones más complejas, pueden aparecer otros colores como rojo, blanco, naranja o violeta, utilizados para fases adicionales, retornos o señales. En todos los casos, es fundamental que los esquemas eléctricos reflejen con claridad la función de cada color para evitar confusiones.
Nomenclatura de los cables eléctricos
Además del color, los cables se identifican mediante una nomenclatura técnica que describe sus características constructivas, su aislamiento, su tensión nominal y su grado de flexibilidad. Esta nomenclatura sigue estándares europeos como UNE 20434 y HD 361.
Por ejemplo, el cable H07V-K es uno de los más utilizados en instalaciones interiores. Su código significa lo siguiente:
H: cable armonizado según norma europea.
07: tensión nominal de 450/750 V.
V: aislamiento de PVC.
K: conductor flexible (clase 5).
Otro ejemplo habitual es el RV-K, un cable de potencia con aislamiento de PVC y conductor flexible, muy utilizado en instalaciones industriales y exteriores.
También es frecuente encontrar cables como RZ1-K, que incorporan aislamiento libre de halógenos, especialmente recomendables en edificios públicos, oficinas o lugares donde se requiere baja emisión de humos en caso de incendio.
La elección del tipo de cable depende del entorno, la carga prevista, las condiciones de instalación y los requisitos de seguridad. Un buen diseño eléctrico parte siempre de una correcta selección de los conductores, tanto en sección como en tipo y color.
La domótica ha dejado de ser una opción exclusiva para viviendas de lujo y se ha convertido en una solución técnica accesible, eficiente y cada vez más demandada en proyectos residenciales, hoteleros y corporativos. Integrar funciones como la climatización, el control de persianas y el sistema de sonido en una única plataforma domótica no solo mejora el confort, sino que optimiza el consumo energético y simplifica el uso diario de las instalaciones.
Una instalación domótica bien diseñada permite que todos estos sistemas trabajen de forma coordinada. Por ejemplo, al detectar una temperatura elevada en el interior, el sistema puede bajar automáticamente las persianas para reducir la entrada de calor, activar la climatización en modo eficiente y ajustar el volumen del sonido ambiental para mantener una atmósfera agradable. Todo esto sin intervención manual, y con posibilidad de supervisión desde el móvil, una pantalla táctil o comandos de voz.
En el caso de la climatización, la domótica permite regular la temperatura por zonas, activar o desactivar equipos según presencia, y adaptar el funcionamiento a horarios o condiciones exteriores. Esto se traduce en un ahorro energético significativo y en una mayor durabilidad de los equipos.
El control de persianas motorizadas también aporta ventajas: se pueden programar para subir o bajar según la hora del día, la luz solar o el nivel de temperatura interior. Además, se integran fácilmente en escenas de confort, seguridad o simulación de presencia.
En cuanto al sonido, la integración permite distribuir música ambiente por estancias, activar playlists según el momento del día o vincular el audio a escenas específicas (por ejemplo, “modo relax” o “modo reunión”). Todo ello con una gestión centralizada y sin necesidad de múltiples mandos o aplicaciones.
La principal ventaja de esta integración es la experiencia de usuario: todo funciona de forma intuitiva, personalizada y eficiente. Además, al tratarse de sistemas abiertos como KNX, es posible combinar dispositivos de distintas marcas y ampliar la instalación en el futuro sin perder compatibilidad.
En cualquier instalación eléctrica, la seguridad y el control dependen de una serie de dispositivos que cumplen funciones específicas. Aunque a menudo se agrupan en el cuadro eléctrico, cada uno tiene un propósito distinto y responde a situaciones concretas. A continuación se explican los principales elementos: magnetotérmicos, diferenciales, protectores contra sobretensiones, contactores y seccionadores.
Interruptor magnetotérmico
También conocido como automático o PIA (Pequeño Interruptor Automático), protege la instalación frente a dos tipos de problemas:
- Sobrecargas: cuando se supera la intensidad nominal del circuito durante un tiempo prolongado.
- Cortocircuitos: cuando hay una conexión directa entre fase y neutro o fase y tierra, provocando una corriente muy elevada.
El magnetotérmico corta el suministro de forma automática para evitar daños en cables, equipos o riesgo de incendio. Se selecciona según la intensidad del circuito (por ejemplo, 10A, 16A, 25A) y el tipo de curva (B, C, D) según la naturaleza de la carga.
Interruptor diferencial
Su función es proteger a las personas frente a contactos eléctricos indirectos. Detecta fugas de corriente hacia tierra, que pueden producirse por deterioro de aislamiento, humedad o contacto humano con partes activas.
Cuando la diferencia entre la corriente que entra y la que sale supera un umbral (normalmente 30 mA en viviendas), el diferencial corta el suministro. No protege frente a cortocircuitos ni sobrecargas, por lo que debe ir acompañado de magnetotérmicos.
Protector contra sobretensiones (PCS)
Este dispositivo protege la instalación frente a picos de tensión transitorios o permanentes, que pueden dañar equipos electrónicos, electrodomésticos o sistemas de control.
- Sobretensiones transitorias: provocadas por rayos, maniobras en la red o arranque de motores.
- Sobretensiones permanentes: por fallos en el neutro o desequilibrios de fase.
El protector actúa derivando la energía a tierra o desconectando la instalación si la tensión supera un umbral crítico. Es especialmente recomendable en zonas con alta incidencia de tormentas o instalaciones sensibles.
Contactor
Es un dispositivo de maniobra que permite abrir o cerrar circuitos de forma remota o automática. Se utiliza para controlar cargas importantes (como climatización, iluminación exterior, bombas) desde pulsadores, relojes, sensores o sistemas domóticos.A diferencia de un interruptor manual, el contactor se acciona mediante una bobina que recibe una señal de control. No tiene función de protección, por lo que debe ir acompañado de magnetotérmicos o fusibles.
Seccionador
Su función es aislar eléctricamente una parte de la instalación para permitir trabajos de mantenimiento o reparación. No tiene capacidad de corte bajo carga ni protección contra fallos, por lo que se utiliza como complemento en cuadros eléctricos, derivaciones o acometidas.
El seccionador garantiza que no haya tensión en el circuito aguas abajo, y suele incorporar señalización visual o bloqueo mecánico para mayor seguridad.
Las viviendas de alto nivel requieren soluciones eléctricas que vayan más allá de lo convencional. No se trata solo de cumplir normativa, sino de integrar tecnología, estética, eficiencia y fiabilidad en cada detalle. Una instalación bien diseñada debe anticiparse a las necesidades del usuario, adaptarse a la arquitectura y permitir futuras ampliaciones sin comprometer la seguridad ni la funcionalidad.
Diseño por zonas y circuitos independientes
Una de las claves es la segmentación inteligente de la instalación. En lugar de agrupar funciones básicas en pocos circuitos, se diseñan zonas técnicas diferenciadas: iluminación, tomas de corriente, climatización, persianas, sonido, red de datos, seguridad, etc. Esto permite un control más preciso, facilita el mantenimiento y mejora la selectividad de las protecciones.
Cuadro eléctrico distribuido y etiquetado profesional
En viviendas de gran superficie, es habitual instalar varios cuadros eléctricos secundarios, conectados al principal mediante canalizaciones bien dimensionadas. Cada cuadro debe estar claramente etiquetado, con protecciones adecuadas (magnetotérmicos, diferenciales, PCS) y espacio reservado para futuras ampliaciones. La organización interna, el tipo de cableado y la accesibilidad son aspectos clave.
Domótica integrada: KNX como estándar técnico
La automatización es un elemento central en este tipo de viviendas. El sistema KNX permite integrar iluminación, climatización, persianas, sonido, alarmas y escenas personalizadas. La instalación se realiza mediante cableado bus, con dispositivos distribuidos que se programan desde el software ETS. La ventaja es la interoperabilidad entre marcas, la escalabilidad y la estabilidad del sistema.
Iluminación técnica y control por escenas
La iluminación no se limita a encender y apagar. Se diseña con criterios fotométricos, se seleccionan luminarias de alta eficiencia y se integran sensores de presencia, pulsadores multifunción y control por horarios o condiciones ambientales. Las escenas permiten adaptar el ambiente según el uso del espacio: recepción, descanso, trabajo, etc.
Red de datos y telecomunicaciones
La conectividad es otro pilar. Se instalan puntos de red RJ45 en zonas clave, con canalizaciones compatibles con conectores Keystone, cajas Legrand Mosaic o sistemas Pouyet. Se prevé la integración de fibra óptica (GPON), WiFi distribuido y sistemas de sonido multiroom. Todo ello con una estructura bien documentada y preparada para actualizaciones tecnológicas.
Protecciones avanzadas y calidad de suministro
Además de las protecciones básicas, se incorporan dispositivos contra sobretensiones transitorias y permanentes, analizadores de red, sistemas de respaldo (SAI) y, en algunos casos, baterías para autoconsumo fotovoltaico. La calidad del suministro eléctrico es esencial para proteger equipos sensibles y garantizar el confort.
Documentación técnica y trazabilidad
Cada instalación debe ir acompañada de esquemas unifilares, planos de distribución, memorias técnicas y certificados de cumplimiento. Esto no solo facilita la legalización, sino que aporta valor al cliente y permite una gestión eficiente a largo plazo.
Una de las grandes ventajas de la domótica es la posibilidad de crear escenas: combinaciones de acciones que se ejecutan de forma simultánea o secuencial para adaptar el entorno a una situación concreta. Pero para que una escena sea realmente útil, debe responder a las necesidades, hábitos y estilo de vida del usuario. Diseñar escenas domóticas no es solo una cuestión técnica, sino también de escucha, análisis y personalización.
¿Qué es una escena domótica?
Una escena es una orden que activa varios dispositivos al mismo tiempo. Por ejemplo, al pulsar un botón o detectar presencia, una escena puede encender luces, bajar persianas, ajustar la temperatura y activar música ambiental. Todo con un solo gesto.
Claves para diseñar escenas según el perfil del cliente
1. Escuchar antes de programar El primer paso es entender cómo vive o trabaja el cliente. ¿Tiene horarios fijos? ¿Le gusta la luz cálida por la noche? ¿Quiere controlar todo desde el móvil o prefiere pulsadores físicos? Las respuestas a estas preguntas definen el enfoque.
2. Adaptar el nivel de automatización No todos los usuarios quieren lo mismo. Algunos prefieren automatismos invisibles (presencia, horarios, sensores), mientras que otros valoran el control manual o por voz. El sistema debe ser flexible y escalable.
3. Diseñar escenas por uso, no por tecnología Las escenas deben responder a situaciones reales: “modo despertar”, “modo cine”, “modo limpieza”, “modo ausente”, etc. El cliente no necesita saber qué protocolo se usa, sino que su casa responda como espera.
4. Integrar funciones de forma coherente Una escena no debe ser una suma de acciones arbitrarias. Por ejemplo, en una escena de noche:
– Se apagan luces generales y se dejan encendidas las de paso.
– Se bajan persianas exteriores.
– Se activa la alarma perimetral.
– Se reduce la temperatura en zonas no ocupadas.
– Se desactiva el sonido ambiental.
5. Ofrecer control y retroalimentación Las escenas deben poder activarse desde distintos puntos: pulsadores, pantallas táctiles, app móvil o asistentes de voz. Además, es recomendable que el usuario reciba confirmación visual o sonora de que la escena se ha ejecutado.
6. Permitir ajustes y evolución Una buena escena no es estática. Con el tiempo, los hábitos cambian. Por eso es importante que el sistema permita modificar horarios, intensidades, prioridades o condiciones sin necesidad de reprogramar todo.
Ejemplos de escenas por perfil de cliente
Familia con niños: escenas de “despertar suave”, “modo estudio”, “modo noche con luz de cortesía”, “bloqueo de enchufes peligrosos”.
Pareja joven tecnológica: escenas con control por voz, integración con música, iluminación RGB, control remoto desde el móvil.
Cliente sénior: escenas simples, activadas por pulsadores físicos, con prioridad en iluminación, climatización y seguridad.
Vivienda vacacional: escenas de “llegada”, “salida”, “simulación de presencia”, control remoto de climatización y persianas.